Cómo prometí en una entrega pasada, les contaré como fue esta transición de la Ciudad de México a Cancún 2 semanas antes de la pandemia COVID – 19.

¡Pues aquí voy! Una vez en Cancún, comenzamos por comprar un colchón de segunda mano, debido a que teníamos presupuesto bastante limitado para los siguientes 3 meses, pero  para por lo menos poder descansar, los siguientes 3 días de nuestra llegada los dedicamos a medianamente acondicionar nuestra nueva morada, con lo mínimo indispensable para funcionar, esto equipamiento consto de los siguientes elementos: una sartén, un tanque de gas, un horrible sillón café, un ventilador de suelo, sabanas para el colchón, por suerte la casa que rentamos contaba con refrigerador y estufa y eso fue todo.

Habíamos decidido tomar un par de semanas para descansar, conocer y planear nuestros siguientes pasos, aunque yo seguía de forma activa en búsqueda de trabajo.

El día 4 por fin visitamos la playa, he de decir que jamás fui una mujer que sintiera especial conexión con el mar, por el contrario soy más de bosque y tierra firme ja, ja, ja, ja y ahí estaba, rodeada de la inmensidad el mar, en un lugar completamente ajeno, porque han de saber que no conocía Cancún y me encontré abrumada por la imponente belleza del tan famoso mar turquesa y el arena blanca que tanto había escuchado, por alguna extraña razón sentí que habíamos tomado una buena decisión haciendo este cambio.

Finalmente asistí a una entrevista el día 3 marzo del 2020 y para el 5 de marzo ya tenía empleo, era medio tiempo con poca paga pero que se adaptaba a lo que queríamos, y ¡oh sorpresa! Casi dos semanas después de comenzar a trabajar, pandemia mundial y confinamiento, así que comenzó la aventura de Home Office, y recuerdo vívidamente esas primeras reuniones vía zoom en la que todos parecíamos más que incomodos de estar en cámara y cometiendo interminables errores mientras explorábamos dicha plataforma.

La economía de Cancún está basada en el turismo y sin turistas la situación se tornó muy difícil, recuerdo que el confinamiento fue tan estricto que las calles estaban desiertas, la zona hotelera que se caracteriza por su brillante iluminación y vida, se apagó, el gobierno enviaba víveres a las colonias menos favorecida, y los despidos se volvieron masivos.

Tuve la fortuna de no solo conservar mi empleo, estuvimos completamente encerrados hasta el mes de Septiembre, a partir de esa fecha ya estaba permitido el paso a las playas, así que corrimos a la playa para sentirnos libres de nuevo, estaban desiertas, la gente tenía mucho miedo, pero, por otro lado, el mar era un espectáculo, lleno de peces, cristalino, perfecto!

y es aquí donde estamos por llegar al surgimiento de Báalam Tours!

En mi próxima entrega les contaré todo acerca de cómo nació este proyecto tan bonito.