Aquí les cuento un poco de mi:

Hola a todos, soy Yaz, una chilanga de corazón. Sin embargo, en algún punto de mi vida, por ahí de Noviembre del 2019, la vieja ciudad de hierro me empezó a “quedar grande”.

Me sentí cansada y agobiada. Un ritmo de vida sistemático y rutinario, el único que conocía, me llevaría a sentirme como una extraña en mi propia vida.

Las preguntas, acompañadas del miedo al cambio, surgían en cada paso que daba. ¿Si nos vamos, a dónde seria? ¿De qué viviremos? ¿Seré realmente capaz de vivir  alejada de mi gente? ¿Y si las cosas no salen bien? ¿Y si no tenemos oportunidades? Y peor aun; ¿Qué será de nuestros perros?…

Las interminables dudas, los miedos e incertidumbres que me  inundaban la cabeza, parecían obstáculos casi imposibles de superar.

No sabíamos por dónde empezar. Teníamos 6 perritos,  4 de ellos no podían montarse en un avión por temas de salud o restricciones de raza. El panorama no se hacía más claro.

Pero nos decidimos. Compramos una camioneta para poder llevar lo poco que conservamos de nuestras pertenecías y a dos de nuestras mascotas. Saldriamos un 20 de febrero del 2020 a las 4 am.

El acomodo en nuestro auto seria así:  yo como la conductora, de copiloto, acompañada de mis orquídeas, Taro (mi chihuahueñita) dentro de su jaula transportadora, y en la parte posterior viajarían: Preta, Maja y Chuck.

Durante el primer intento de salida la camioneta falló, así que tuvimos que volver. Nos tomaría todo el día reparar el auto. A la madrugada siguiente retomamos camino, esta vez con éxito, al menos en apariencia.
Partimos y así llegamos a Puebla, enseguida Veracruz, Tabasco…finalmente seria en Ciudad del Carmen donde tomaríamos un Airbnb petfriendy y pasamos ahí la noche.  A la mañana siguiente ya en el camino una vez mas la camioneta falló, así que desde Ciudad del Carmen hasta Cancún condujimos a un máximo de 50 km por hora… terminamos agotados, pero después de más de 12 horas de camino, ¡lo logramos! Estábamos en nuestra nueva casa, no parecía ni cercanamente la que rentamos a distancia, pero con todo, nos albergaría por unos meses.
El plan era traer con nosotros menos que lo elemental y al llegar hacer compras para sustentar nuestra aventura, lo que a fin de cuentas no pudo ser por los inconvenientes que surgieron. Esa noche cenamos un elote con mayonesa y dormimos en el piso, muriendo de calor y sin aire acondicionado. ¡Bienvenidos a Cancún!
Al día siguiente nuestro primer desayuno: salbutes, una pequeña tortilla, con carne, lechuga y queso  por encima, no es la gastronomía a la que estábamos habituados, ¡pero que rico! Y todo continuaría a ese ritmo.

Me gustaría cerrar con estos consejos:

Tips para los que quieren mudarse a Cancún sin morir en el intento.

1.- Tomar la decisión de mudarte

2.- Investigar el costo de rentas, transporte, servicios…

3.- Con esos datos, contar con dinero para sobrevivir por lo menos 3 meses

4.- Procurar entrevistas en línea para llegar con trabajo, no es fácil pero se puede

5.- Define según tus necesidades que te es más conveniente: viajar por avión. auto o autobús, inclusive valorar aplicaciones como “BlaBla car” donde se dividen gastos entre los pasajeros y es más económico.

6.- Una vez en Cancún, prepárate para vivir con calor intenso, bajar las revoluciones y recalibrar tu percepción de las cosas, al principio es difícil si vienes de una ciudad grande, como yo, pero dos años después puedo decir sin temor a equivocarme, que ha sido una de las mejores decisiones que tomé en mi vida.

En mi próximo texto entraré en más detalles y cómo la terrible pandemia nos impactó en pleno cambio de residencia.